Estas son las Anécdotas de Mafeking, el pequeño enclave en Sudáfrica, que se convirtió a finales del siglo XIX en el epicentro de una historia que marcó para siempre el espíritu del escultismo. Bajo el asedio de los bóers durante la Segunda Guerra Anglo-Bóer, este sitio no solo fue testigo de batallas y privaciones, sino del surgimiento de valores como la valentía, la camaradería y la creatividad en medio de la adversidad.
Baden Powell – Juegos de estrategia
Todo comenzó cuando Baden-Powell, un estratega con un peculiar sentido de la estrategia, fue designado para defender Mafeking, una ciudad con poco más de 1,300 colonos blancos que fue rodeada por miles de bóers bien armados.
Con astucia, Baden-Powell supo convertir la desventaja en una fortaleza: usando cañones viejos, muñecos de paja disfrazados de soldados y otras astucias, convenció al enemigo de que la guarnición era más grande y mejor equipada de lo que en realidad era, Por eso llamamos a estas astucias las anécdotas de Mafeking
Anécdotas de Mafeking
Advertencia: ¡Minas terrestres!
Una de las primeras prioridades era evitar que los Boers asaltaran la ciudad, porque podrían dominar fácilmente la defensa débil de Mafeking.
Baden-Powell dedujo que los Boers estaban asustados de los campos de minas. Así una de las anécdotas de Mafeking es que para confirmar los miedos de los Boers, Baden-Powell hizo trasladar unas cajas metálicas alrededor de la ciudad, con la advertencia de no golpearlas o dejarlas caer porque podrían producir una desgracia.
Las áreas fueron marcadas con letreros de advertencia para que los habitantes y los rebaños de ganado se mantuvieran alejados. Entonces Baden Powell advirtió a los ciudadanos que se mantuvieran en el interior del pueblo mientras se probaban las nuevas minas.
“Con la gente segura, el Mayor Panzera y yo salimos y pusimos una carga de dinamita en un agujero de hormigas. Encendimos la mecha y se produjo un enorme ruido acompañado de una extensa nube de polvo”.
De entre el polvo surgió un hombre en bicicleta que decía que a ocho millas del lugar, a lo largo de todo el camino habían montadas minas y que él había tropezado con una de ellas. ¡Las cajas fueron llenadas nada más que de arena! generando así otra de las Anécdotas de Mafeking.
Otra de las anécdotas de Mafeking fue ordenar que los soldados caminarán en círculos alrededor de los mismos puntos, creando la ilusión de que la ciudad contaba con un ejército vasto. Incluso llegó a hacer explotar minas ficticias para mantener a raya a los bóers, todo mientras en realidad la ciudad apenas podía sostenerse.
Muchos reflectores
Otras Anécdotas de Mafeking cuando empezó el sitio de la ciudad, se encontraba en el pueblo un viajero que hizo lámparas de acetileno. Baden-Powell y el sargento Moffatt lo pusieron a trabajar para crear un reflector, soldando latas de galletas e insertando una hornilla de acetileno con un tubo de goma que proveía el gas. Este fue unido a un poste que se podía enterrar en cualquier lugar.
La primera noche el reflector fue puesto en uso. Primero fue alumbrando sobre los puestos de avanzadas de los Boers en un lado de la ciudad, luego en uno y otro sitio… después de un tiempo, los Boers se convencieron de que un ataque nocturno se estaba gestando porque la ciudad entera fue rodeada por los reflectores…
Desgraciadamente el reflector no duró mucho tiempo: la fuente del carburo pronto fue destruida, quizás por un proyectil Boer, o por la inundación después de una tempestad de lluvia.
Dos cañones extras
En otra de las Anécdotas de Mafeking Baden-Powell, conocido por su astucia, empleó estrategias que rayaban en lo teatral para engañar a los bóers. Uno de los episodios más conocidos fue el uso de cañones falsos. Con barriles de madera pintados de negro y estratégicamente colocados en las colinas, estos “cañones” aparentaban ser parte de un formidable arsenal. Los bóers, que observaban a la distancia, se convencieron de que Mafeking estaba protegido por una fuerza mucho mayor de lo que realmente era.
Construyó puestos para cañones alrededor del pueblo. Sus soldados disparaban un cañón de uno de ellos, luego corrían a otro y lo disparaban de nuevo. Para los boers parecía que había docenas de cañones protegiendo el pueblo.
Pero Mafeking pronto aumentó su limitada artillería pesada: un antiguo cañón era utilizado en una puerta. El cañón fue rápidamente montado y puesto en servicio activo. Se lo llamó “Lord Nelson” y disparaba una bala de cañón de cinco kilogramos. El Mayor Godley comentó que “rodó a lo largo del camino exactamente como una bola de cricket… y un viejo Boer intentó detenerla con un resultado desastroso para sí mismo”.
Como anécdotas de Mafeking adicional el “Lord Nelson” tenía inscritas las iniciales de B.P. & Co.. Había sido construido por la fundición Bailey & Pegg en 1770.
Otro cañón pronto entró en acción: producido caseramente en Mafeking en una fundición hecha de un tanque cubierto con ladrillos. El cañón estaba hecho con un tubo de acero de 4 pulgadas reforzado con rieles dobladas en anillos. El chasis provino de una vieja máquina agrícola. Se construyeron balas esféricas al derretir metal de desecho. El cañón podía dispara un proyectil de 8 kg hasta casi 4000 metros de distancia. El cañón fue llamado “El Lobo” en honor a Baden-Powell: Impeesa, el lobo que nunca duerme.
Alambre de púas
Así mismo Baden-Powell rodeo de alambres de púa los fosos de los soldados para protegerlos. Pero él notó que a la distancia, todo lo que podría verse eran soldados que se arrastraban bajo cierto obstáculo invisible – no podrían ver realmente el alambre. Entonces ordenó continuar poniendo encima de los postes y fijando el alambre imaginario entre ellos. Los soldados comenzaron a arrastrarse debajo de los nuevos obstáculos de alambre que habían erigido así fue como surgió otra de las Anécdotas de Mafeking … El enemigo no tenía manera alguna de averiguar que realmente no había alambres en el lugar.